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JOÃO 3.1-17

3.1: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
El evangelio de Juan nos presenta aquí a un personaje importante que no aparece en los evangelios sinópticos. Su nombre es Nicodemo. Famoso rabino y uno de los principales escribas de Israel, Nicodemo fue también uno de los 70 miembros del consejo supremo de los judíos, el Sanedrín. En Juan 18, el Sanedrín condena a Jesús a morir en la cruz. En Juan 19.39 Nicodemo trae al entierro de Jesús "un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras." Esta gran cantidad de especies de gran valor indica que Nicodemo era un hombre muy rico, un miembro de la aristocracia de Jerusalén. Según Jeremías (1969.237), los principales escribas como Nicodemo no sólo eran expertos en cuestiones de legislación religiosa y ritual y en procesos criminales; eran también los guardianes de conocimientos secretos de la tradición esotérica. En su libro Jesús en el tiempo del Nuevo Testamento, Jeremías enumera algunos de estos conocimientos esotéricos: los misterios del ser divino, los poderes mágicos del sagrado nombre de Dios, los secretos y las maravillas de la creación, la topografía cósmica, la eternidad anterior a la creación del mundo, las postrimerías, las fórmulas mágicas secretas utilizadas por los rabinos para producir efectos maravillosos, y también la doctrina sobre el salvador, el Hijo del Hombre. Estos conocimientos secretos eran transmitidos sólo del maestro al discípulo más íntimo, porque no todos eran considerados dignos de recibir tales enseñanzas. Si Jeremías tiene razón, el diálogo entre Jesús y Nicodemo se entiende más fácilmente.
Los escribas se dedicaban a estudiar el texto de la Escritura de una manera tan meticulosa que podían determinar cuál era la letra que estaba en el medio de toda la Tora. Podían decir cuántas veces aparecía una palabra escrita en forma defectuosa, cuántas veces con el artículo y cuántas veces sin él. Debido a su afán por contar las letras y las palabras de la Tora, muy pronto comenzaron a investigar el supuesto significado secreto de los números en la Tora. Con el tiempo los escribas llegaron a perfeccionar técnicas de interpretación esotérica tales como gematria y tabas (Russell 1993.111). Jeremías afirma que "los escritos apocalípticos del judaísmo tardío contenían las enseñanzas esotéricas de los escribas" (Jeremías 1977.249-260).
El nombre Nicodemo es una forma del nombre Naqdimon. Algunos historiadores identifican al Nicodemo que visitó a Jesús con Naqdimon ben Gorion, un conocido comerciante de maíz mencionado en las obras de Josefo. Según el Talmud, este Naqdimon ben Gorion era uno de los tres hombres más ricos de Jerusalén. Robinson cree que el Nicodemo de la Biblia era el abuelo del Naqdimon mencionado por Josefo y el Talmud. Según Robinson, el padre de Naqdimon fue un tal Gorion, el hijo de Nicodemo, quien, según Josefo, fue uno de los hombres más prominentes de Jerusalén (Robinson 1985.281-287; Jeremías 1969.236).

3.2: Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 
Nicodemo, al igual que muchos otros judíos, quedó muy impresionado por las señales y enseñanzas de Jesús. Estaba convencido de que Jesús podía compartir con él muchas enseñanzas secretas y esotéricas. Nicodemo no acusa
a Jesús de ser un samaritano ni de tener un demonio como hacían otros escribas, pues creía que era un maestro venido de Dios. Pero lo que cree Nicodemo acerca de Jesús no es suficiente. La fe de Nicodemo es incompleta. No es suficiente ver las señales que Jesús hace y decir: "Jesús es un gran maestro y rabino." Es necesario preguntar acerca del significado de las señales
de Jesús. Es necesario que el espíritu de Dios nos abra el entendimiento y que obre en nosotros la fe en Jesucristo, de modo que lo confesemos como el Lagos y como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Es insuficiente una fe basada solamente en las señales y los milagros de Jesús. Tampoco basta una fe que se basa sólo en lo que Jesús enseña, y no en su persona. La fe también tiene que escuchar lo que enseña Jesús acerca de sí mismo. Reconocer a Jesús sólo como un gran maestro y taumaturgo no es suficiente para entrar en el reino de Dios. Nicodemo necesita nacer de nuevo.
Lutero dice que Nicodemo vino esperando que Jesús le dijera: "Nicodemo, el reino de Dios es tuyo por tu piedad, tus obras de justicia y tu conocimiento de las Escrituras." Pero las obras del ser humano son insuficientes para abrimos las puertas del reino de los cielos. Lo único que puede abrimos la entrada al reino de Dios es un nuevo nacimiento. Por eso Jesús advierte a Nicodemo de la necesidad de nacer otra vez.

3.3: Respondió jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
La palabra griega que la versión Reina Valera Revisada traduce como "de nuevo" es avü)6ev. Esta palabra puede tener dos significados. Puede significar "de lo alto" o "de nuevo". La Biblia de Jerusalén traduce "de lo alto"; la Reina Valera Revisada traduce "de nuevo".
Según la traducción de la Biblia de Jerusalén, Nicodemo debe experimentar un nacimiento que es la obra de Dios y no de los seres humanos. Recordando que al evangelista Juan le gusta usar palabras de doble sentido, es probable que haya escogido a propósito la palabra ávcú6ev para indicar que el nacimiento que debe experimentar Nicodemo es desde lo alto y, al mismo tiempo, de nuevo. Pero el énfasis principal de la frase recae en la idea del nacimiento de arriba o de lo alto, que equivale a decir: nacer de Dios.
Solamente en Juan 3.3 y 3.5 encontramos la expresión "el reino de Dios" en el cuarto evangelio. En los otros evangelios, especialmente en Mateo, en cambio, el concepto reino de Dios o reino de los cielos es fundamental. Después de este episodio, el evangelista Juan prefiere usar el término vida eterna en vez de reino de Dios. Ver el reino de Dios es lo mismo que tener vida eterna. Todo judío piadoso trataba de ver el reino de Dios y de tener la vida eterna (Léon-Dufour 1989.230). Las palabras de cierto, de cierto (á^fqv (xut)v en griego), indican que Jesús está haciendo una proclamación de suma importancia en cuanto a su función de impartir la voluntad y doctrina del Padre.

3.4: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? Nicodemo malentendió las palabras de Jesús acerca de la necesidad de nacer de nuevo. El principal de los judíos creyó que Jesús estaba hablando de un nacimiento físico y no de un nacimiento espiritual. Es muy fácil malentender las palabras de Jesús cuando intentamos explicarlas sin la ayuda del Espíritu Santo. Es muy fácil equivocarnos cuando buscamos entender la voluntad divina en base a la razón humana, nuestras experiencias anteriores o las categorías y conceptos de una religión tradicional. Una misionera que trabajaba entre los miembros de la tribu Bajji en Nigeria, escribe que muchos cristianos bajji, al leer este texto, creían que se trataba de la reencarnación, puesto que la reencamación era un elemento muy importante en su religión ancestral. Por eso los bajji llegaron a creer que Jesús aquí habla de que tenemos que ser reencamados en otros cuerpos después de nuestra muerte (McKinney 1990.285).
Según William Grese (1988.677-693), el término nacer de nuevo era usado con frecuencia en el mundo religioso de los primeros siglos con referencia a viajes celestiales emprendidos por individuos que deseaban subir en espíritu a los cielos con el fin de conseguir una revelación especial o secreta. En obras tales como la Liturgia de Mithras, el Corpus Hermeticum, el Apocryfon de Santiago y la Ascensión de Isaías, el adepto tiene que pasar por una ceremonia o liturgia secreta de purificación para librarse de sus pecados, deseos carnales, etc., y entonces poder emprender su viaje en astral y ser protegido durante el viaje de cualquier peligro o prueba. La ceremonia o liturgia necesaria para el viaje en astral se llamaba nacimiento de arriba o nacer de nuevo.
Las palabras de Jesús a Nicodemo en Juan 3.13 declaran que es imposible que un ser humano suba a los cielos en astral. De esta manera Jesús rebatió una creencia muy común en su tiempo, tanto entre los gentiles como entre muchos judíos, especialmente los que vivían en la diáspora. La popularidad de este concepto se evidencia por la gran cantidad de escritos sobre este tema que circulaban entre los judíos, en la época de la composición del evangelio de Juan. Estos escritos conteman revelaciones de personas que supuestamente habían subido o ascendido al cielo de una forma mística. Entre estos libros podemos mencionar los siguientes: I Enoc; El Testamento de Leví; El Testamento de Abraham; II & ffl de Baruc; La Ascensión de Isaías; IV Esdras; La Vida de Adán y Eva; y El Testamento de Job.
Las experiencias celestes descritas en estos libros son muy variadas. En algunas un ángel lleva a un ser humano para que contemple los misterios celestiales. En otras, el ser humano sube en persona, y en otras sube en espíritu o tiene una visión en la cual puede ver y oír lo que está pasando arriba en los cielos. Ante esta literatura apócrifa y seudoepígrafa Juan 3.13 declara que el único que ha subido al cielo es aquel que ha bajado del cielo, es decir, el Lagos hecho carne, Jesucristo. Jesús no es un turista que sube al cielo para tener un vistazo fugaz del mundo celestial. Jesús es el Logos que siempre ha vivido en la presencia del Padre. Jesús es el Logos, el único que ha visto y conoce al Padre, y, por eso, el único que puede revelamos cómo es el Padre. Jesús es el único revelador. Juan 3.13 niega la validez de las revelaciones que contienen otros libros o relatos de cómo es el Padre. Niega que uno pueda conocer a Dios Padre, creador, aparte de su hijo, Jesucristo.
Según IV Esdras 3.14 y II Baruc 4.4, a Abraham le fue concedida una revelación de Dios, del fin de los tiempos, y del paraíso. Algunos rabinos afirmaban que Moisés había subido al monte Sinaí para tener un vistazo de Dios el Padre y que Isaías había visto al Padre cuando tuvo su visión de la gloria de Dios en el templo (Isaías 6.1-9). Otras tradiciones rabínicas decían que cuando Isaac estaba a punto de ser sacrificado sobre el monte Moriah, tuvo una visión de Dios en su gloria. Según los rabinos, esta visión de la gloria de Dios había dañado la visión de Isaac de tal manera que en Génesis 27 se volvió ciego. Ya vimos en Juan 1.43-51 acerca de la visión de la gloria de Dios que tuvo Jacob en su visión de la escalera. El evangelio de Juan no niega que personas como Abraham, Moisés, Isaías y Jacob hayan tenido visiones de la gloria divina. Lo que niega es que vieran a Dios el Padre.
Según el cuarto evangelio, todas las visiones de la gloria divina en el A.T. fueron visiones del Logos, es decir, del Cristo pre-existente el cual es el único que conoce al Padre cara a cara. Por lo tanto sólo Cristo puede revelar al Padre. El Padre se revela solamente en Jesús. Solamente en Jesús se hace visible el Padre. Viajes al cielo en astral, para ver a Dios, son imposibles e innecesarios porque aquí en la tierra podemos tener una visión de la gloria de Dios en la persona de su hijo, Jesucristo. Uno de los propósitos de Juan 3, es poner de manifiesto que los viajes al cielo en el espíritu no son necesarios. Algunos intentan subir al cielo en astral para obtener una revelación especial de Dios y para poder conseguir respuestas a preguntas tales como: ¿Qué pasará después de la muerte? ¿Qué clase de juicio se debe esperar en el más allá? ¿Cómo debemos vivir con el fin de preparamos para aquel juicio? Se sabe que algunas personas querían tener una visión de Dios en su gloria porque creían que tal visión les podía dar la vida eterna.
En su discurso con Nicodemo Jesús ofrece a sus discípulos lo mismo que trataban de encontrar los que emprendían viajes en astral. O sea, no es necesario viajar en espíritu al séptimo cielo para ver a Dios. Aquí mismo, en medio de toda la confusión, la opresión y las contradicciones de este mundo, podemos ver la gloria del Dios invisible hecho visible en el amor sacrificial de Jesús en la cruz. En Jesucristo se trae al presente el juicio del día fmal. El que cree en Jesús ya tiene el perdón y la salvación que esperaban recibir en el último día los fíeles del A.T. El que rechaza a Jesús no necesita esperar hasta el día final para recibir su sentencia de condenación; ya está condenado. "El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas" Juan 3.18-19. Lo que Jesús le propone a Nicodemo no es un viaje en espíritu por los cielos al trono de Dios, sino un viaje por las señales, enseñanzas y revelaciones del Jesús de la historia. Por medio de tal viaje todos nosotros podemos llegar a ver la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Hoy en día también muchos quieren tener una revelación de la gloria del otro mundo. Con tal fin asisten a las reuniones de los rosacruces, gnósticos, espiritistas y a las sesiones de la Nueva Acrópolis. Algunos toman la droga L.S.D. y otros alucinógenos y así tratan de provocar visiones del más allá. El culto del peyote de los indios norteamericanos está gozando de mucha aceptación entre la gente blanca que busca un viaje a lo desconocido. Es muy difícil encontrar una Biblia o un libro de historias bíblicas en las librerías de Venezuela, México y Colombia, pero abundan libros sobre la metafísica, el triángulo de las Bermudas, los secretos de las pirámides, Jesucristo-astronauta y los escritos de Conny Méndez y Joaquín Trincado. Como Nicodemo, que vino a Jesús de noche, las personas que publican y leen tales obras andan en la oscuridad. Jesús, en Juan 3, los llama a la luz.
El Espíritu de Jesús nos dirige, no a viajes en astral, sino a la Palabra y a los sacramentos. Ahí encontraremos al Dios que ha bajado para estar con nosotros, aun en las condiciones más humildes y opresivas. Al final de cuentas, el evangelio no es el relato de cómo los seres humanos pueden salir en astral, para estar arriba con Dios, sino de cómo Dios vino y viene de arriba en la encamación, en la Palabra, en los sacramentos y en la comunión de los santos. Puesto que no podemos subir a donde está Dios, cantamos: "¡Oh, ven! ¡Oh, ven, Emmanuel! Libra al cautivo Israel, que sufre desterrado aquí y espera al Hijo de David. Alégrate, ¡oh Israel! Vendrá, ya viene Emmanuel" (Culto Cristiano, himno 1).
Sabemos que muchas religiones hablan de profetas, shamanes y espiritistas que supuestamente han subido a la presencia de Dios y han conseguido ayuda celestial y conocimientos secretos. En muchas religiones los shamanes se valen de ayunos, drogas alucinógenas, alcohol, humo de tabaco y diferentes técnicas místicas para librarse de las ataduras del cuerpo material y poder emprender un viaje en espíritu al cielo y a la presencia de Dios y de los espíritus. Durante los años 60 estaba en boga tomar la droga L.S.D. con el fin de hacer un viaje, de tener una visión de Dios y del más allá. Sin embargo, todos los intentos humanos de conocer el misterio divino, de subir al cielo o de ver a Dios, son inútiles. Solamente aquel que ha bajado del cielo y que se ha encamado en un cuerpo humano, puede revelamos cómo es Dios. Según la tradición, el evangelio de San Juan, las tres epístolas de San Juan y el libro del Apocalipsis fueron escritos para las congregaciones cristianas en la provincia de Asia. Siete de estas congregaciones se mencionan en Apocalipsis: Efeso, Esmima, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea (Apocalipsis 1.11). Según Michael Goulder, uno de los problemas más graves que tuvieron que enfrentar los misioneros cristianos en estas ciudades era la existencia de un grupo de judeo-cristianos apocalípticos que trataban de convertir a los miembros de las con-gregaciones establecidas por Pablo, Bernabé y Juan a sus ideas heréticas (Goulder1991.15-39). Goulder declara que Pablo escribió su carta a los efesios para combatir las ideas erróneas de estos herejes que estaban poniendo en peligro la fe de los cristianos ortodoxos. Lo que buscaban los apocalípticos era ser raptados de sus cuerpos, para ascender al cielo, tener acceso al trono celestial, sentarse entre los poderes celestiales y así poder alabar la gloria divina. Sólo una persona muy santa podría superar los peligros del viaje celestial, y así tener una visión del trono divino y de la gloria de Dios. Para los visionarios, ser santo significaba: guardar perfectamente la Tora, no comer carne, y abstenerse del sexo. Una vez que cumplían estas exigencias, los visionarios experimentaban una transformación espiritual, podían hablar en lenguas angélicas y sanar enfermedades. Los que lograban así ascender en espíritu al trono divino llegaban a conocer los secretos divinos y a conversar con los poderes celestiales. Según Goulder, algunas profetisas de estos grupos judeo-cristianos se divorciaron de sus esposos y enseñaron que para tener la santidad y el poder necesarios para tener visiones y poder profetizar uno no debía estar casado (1 Corintios 7). Cuando éstas profetizaban y hablaban en lenguas, se quitaban el velo, y muchos en las congregaciones se escandalizaban (1 Corintios 11). Por medio de sus prácticas ascéticas y legalistas, los visionarios, tanto hombres como mujeres, afirmaban que podían llegar a ver al mismo Dios. Muchos judíos creían que el novio en el libro de Cantares realmente era un retrato de Dios. Es decir, quien tenía una visión de Dios al subir al cielo veía un hombre parecido al de Cantares 5.10-16: "Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su cabeza como oro finísimo, sus cabellos crespos, negros como el cuervo. Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas... sus manos como anillos de oro engastados de jacintos... Su cuerpo como claro marfil cubierto de zafiros. Sus piernas como columnas de mármol..."Algunos judíos místicos, para poder subir en espíritu a los cielos, meditaban día y noche, con ayunos y vigilias, sobre textos como Cantares 5, Ezequiel 1 y Números 21. Se desarrolló todo un sistema de misticismo, entre los judíos, basado en la visión mística que tuvo el profeta Ezequiel de la carroza divina y de Dios, según el capítulo 1 de su libro. Este sistema místico se llama misticismo Merkabah. Merkabah es la palabra hebrea que significa carroza. Para combatir esta clase de misticismo, algunos rabinos prohibían que los menores de 30 años leyeran Ezequiel 1 y el Libro de Cantares. Según Filón de Alejandría, muchos judíos de su tiempo creían que la razón por la cual se contemplaba la serpiente de bronce en el A.T. era para lograr una revelación celestial (Grese 688). Juan 3.14-16 nos dice que la serpiente de bronce era sólo una prefiguración o anticipo de Jesucristo. Nadie será levantado al cielo por contemplar la serpiente de bronce. Nuestra salvación viene por creer que Jesucristo fue levantado en una cruz para salvamos y que fue elevado a la diestra de Dios el día de su resurrección. Nuestra salvación viene, no por el levantamiento de la serpiente de bronce, sino por el levantamiento de Cristo Jesús en su cruz y en su resurrección.
Los visionarios de Asia Menor y Corinto se jactaban de que en sus visiones podían ver la anchura, la longitud y la altura de Dios. Según Hipólito, había una secta judeo-cristiana llamada los Elchasai que por el año 100 d.C. predicaba que la altura de un ángel era de unos 150 kilómetros. Pablo, para combatir estas ideas, insta a los cristianos a no contemplar la grandeza de Dios en visiones místicas, sino a conocer la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo (Efesios 3.18-19). Para combatir a las profetisas carismáticas, Pablo exhorta a las mujeres a cubrir sus cabezas, sujetarse a sus esposos y tener hijos. Las viudas deben casarse y tener hijos (1 Timoteo 5.4). A todos dice Pablo: "Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error" (Efesios 4.14).
Para esta secta de visionarios carismáticos. Cristo era solamente uno de los espíritus o ángeles que ayudaban a los visionarios en su ascensión mística. Para combatir esta cristología errónea, Pablo insiste en que Cristo no es un espíritu o poder celestial entre muchos, sino la imagen visible del Dios invisible. "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él" (Colosenses 1.16). Para combatir la idea de que los visionarios se salvan por los secretos que aprenden al hablar con los poderes, potestades y principados en sus viajes celestiales, Pablo recalca que somos salvos, no por prácticas ascéticas, ni por cumplir con la Tora o con ritos secretos (Colosenses 2.18), sino por gracia, por medio de la fe, "y esto no de vosotros, pues es don de Dios" (Efesios 2.8). Se puede apreciar porqué las doctrinas de los visionarios atrajeron a muchos cristianos. Al igual que los discípulos de la metafísica y del espiritismo de hoy, ellos anhelaban tener poderes celestiales, conocer secretos divinos y andar en espíritu o astral por los siete cielos. Nuestro interés en hablar ahora aquí de la hipótesis de Michael Goulder es que el evangelista Juan llevaba a cabo su ministerio entre muchas de las congregaciones de Asia donde Pablo había predicado y escrito. Los mismos problemas que Pablo había encontrado, seguían manifestándose décadas más tarde, durante el ministerio de Juan en Asia. Así como Pablo, para combatir la cristología equivocada de los visionarios, vio la necesidad de dar más énfasis a la cristología en sus cartas a los efesios y los colosenses, así Juan se vio obligado a destacar la cristología más que los otros evangelistas. En particular Juan tenía que enfatizar que "nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo" (Juan 3.13). En muchas partes de América latina hay gnósticos, espiritistas y discípulos de la metafísica que anhelan, igual que los visionarios de Asia, ser raptados a los sietecielos para andar en astral y llegar a conocer los misterios divinos. Al igual que los visionarios de Asia, esperan alcanzar la salvación por medio de su gnosis o conocimiento secreto. También para ellos, Cristo es sólo un espíritu entre muchos. Es un guía, no un salvador. Cuando nos encontramos en un ambiente así, es una bendición tener a mano el evangelio de San Juan con su alta cristología.

3.5: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere
de agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios. Volvemos a oír la fórmula "amén, amén", que indica que Jesús está por dar una enseñanza de gran importancia a su iglesia. La enseñanza que da es que el segundo nacimiento no se efectúa entrando por segunda vez en el vientre de la madre. Se efectúa por medio de agua y del Espíritu, es decir, por medio del Bautismo, y de la fe, la cual es un don del Espíritu Santo. Este nuevo nacimiento no es una obra humana, sino una obra de Dios. Dios es quien nos bautiza, lavándonos de nuestros pecados y dándonos e Espíritu Santo por medio de quien recibimos el poder de creer en el nombre de Jesús.
A nuestro parecer, Nicodemo vino a Jesús de noche porque no quería ser visto por los otros fariseos y miembros del Sanedrín. Temía ser denunciado como un seguidor de Jesús y así perder su puesto como miembro del Sanedrín. En Juan 9.22 leemos que los judíos habían acordado "que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga." Nicodemo quería ser un seguidor de Jesús en secreto. Pero Jesús le dice que para ser un discípulo es necesario ser bautizado y hacer una declaración pública de fe en Jesús. Para ser bautizado Nicodemo tenía que confesar públicamente a Jesús. Jesús mismo dijo: "A cualquiera, pues, que me confíese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10.32-33).
Las palabras de Jesús aquí están dirigidas no sólo a Nicodemo, sino a todos los que quieren seguir a Jesús en secreto. Entre los lectores del evangelio de Juan había muchos judíos que, como Nicodemo, reconocían a Jesús como un gran maestro y taumaturgo, venido de Dios. Algunos hasta creían en Jesús como el mesías prometido. Pero muchos de ellos, por temor a ser expulsados de la sinagoga, no querían dejarse bautizar y confesar públicamente a Jesús. El Espíritu Santo aquí está llamando a todos esos discípulos secretos a ser bautizados y a confesar a Jesús delante de los hombres.
Nacer de nuevo es ser bautizado con agua y confesar con nuestras bocas a Jesucristo como Señor, así como hizo Tomás en Juan 20.28. Es imposible tener la fe para confesar a Jesús con nuestras bocas sin la obra del Espíritu Santo. Por eso, la fe salvadora de la que habla Romanos 10.9-10 es un producto de la actividad salvadora del Espíritu Santo en nuestros corazones. Todo aquel que confiese con la boca que Jesús es el Señor y cree en el corazón que Dios lo levantó de los muertos, ha nacido de nuevo y ha sido bautizado en el Espíritu Santo. Cuando Pedro confesó a Jesús como el Hijo del Dios viviente, Jesús declaró: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Joñas, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos" (Mateo 16.17). San Pablo declara a los corintios "...y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" (1 Corintios 12.3). En su explicación al tercer artículo del Credo Apostólico Martín Lutero confiesa: "Creo que ni por mi propia razón, ni por mis propias fuerzas soy capaz de creer en Jesucristo, mi Señor, o venir a él; sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, y me ha santificado y conservado en la verdadera fe..." Desde el principio, la confesión de fe en la persona de Jesucristo ha sido una parte indispensable de la ceremonia bautismal. Al principio esta confesión de fe me: Jesús es el Señor. Después, la iglesia primitiva adoptó el Credo Apostólico como su confesión bautismal. El Credo Apostólico es la fe de nuestro bautismo. Cada vez que confesamos el Credo Apostólico estamos recordando nuestro bautismo y renovando nuestro pacto bautismal. Puesto que Jesús quiere que le confesemos delante de los hombres, la iglesia asumió la práctica de celebrar los bautismos en el culto dominical como parte integral de la liturgia cristiana. Aunque las ceremonias privadas de bautismo son válidas, no están de acuerdo con el espíritu del evangelio y, por eso, excepto en una emergencia, no debieran formar parte de nuestra praxis pastoral.
Comentando sobre este texto, Lutero dice que hay un nacimiento físico y un nacimiento espiritual. El nacimiento físico ocurre cuando el niño sale del vientre de su madre. El nacimiento espiritual, en cambio, viene por el agua y por el Espíritu Santo (Pelikan 1957.282). Lutero afirma que el agua del que Jesús está hablando aquí es el agua del Bautismo. No es agua simbólica, sino agua verdadera y natural.
Pero esta agua verdadera y natural, al estar ligada a la palabra de Dios, se convierte en un lavamiento espiritual por medio de la operación del Espíritu Santo. Según
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Lutero el Bautismo es un agua llena del Espíritu; un agua donde el Espíritu Santo está presente y activo. Por eso, el que recibe el Bautismo nace de nuevo (Tito 3.5). Sin este Bautismo es imposible entrar en el reino de Dios.
Lutero comenta que estas palabras de Jesús deben haber abatido a un fariseo y escriba como Nicodemo. Los escribas y fariseos daban por sentado de que eran hijos de Dios por haber sido circuncidados y por ser descendientes físicos del padre Abraham. Los escribas y fariseos decían: El reino de Dios será nuestro porque tenemos los Diez Mandamientos y el templo, y porque hemos hecho todo lo que há mandado Moisés. Pero las palabras de Jesús a Nicodemo derrumban todos estos medios de salvación, que sólo servían para preparar el camino de Jesús, para indicar su llegada. La doctrina de Jesús desplaza a la de Moisés. Lutero afirma que "todo aquel que cree que Cristo nació y murió por nosotros, que fue enterrado por nosotros y resucitó de entre los muertos, es nacido de nuevo o renacido" (Pelikan 1957.286).
En la perspectiva del teólogo chileno Segundo Galilea, las palabras de Jesús sobre el nuevo nacimiento se dirigen no sólo a individuos como Nicodemo, sino también a toda la sociedad. Según Galilea, el nuevo nacimiento implica la conversión y la transformación de todas las sociedades, incluyendo la de América latina. Tal transformación implica una nueva fraternidad y comunión de hermanos libres, donde nadie es dependiente del otro. El nuevo nacimiento de la sociedad de América latina requiere nuevos valores culturales, nuevas formas y nuevas expresiones sociales de amor y fraternidad, donde tenga prioridad el servicio a los pobres y oprimidos (Galilea 1979.172). Por supuesto, tal renovación de la sociedad tendría que comenzar con el nuevo nacimiento personal.

3.6: Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es.
Jesús declara aquí que ningún ser humano llega a ser hijo de Dios y miembro de su reino por nacimiento. No nacemos físicamente con el Espíritu Santo en el corazón. La palabra carne (oápi; en griego) aquí quiere decir todo lo que pertenece a la esfera del ser humano. Esta esfera humana puede ser caracterizada como débil, pasajera y efímera (Hoeferkamp 1962.526).
Muchos teólogos modernos, incluyendo varios teólogos de la liberación, afirman que el Espíritu Santo es un poder latente en cada ser humano. Por eso dicen que el Bautismo no es necesario para recibir el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo ya es nuestro en virtud de nuestro nacimiento como seres humanos. Muchos de los fariseos, como Nicodemo, tenían una creencia parecida. Por eso no veían la necesidad de ser bautizados para recibir el Espíritu Santo. Según la doctrina de los rabinos, cada ser humano nace con un yetser CW en hebreo) bueno o un yetser malo. La palabra yetser quiere decir disposición, impulso o espíritu. Según los fariseos, el ser humano tiene que dejarse guiar por su yetser bueno y no por suyetser malo. Pero tanto el yetser bueno como el yetser malo no vienen de arriba, de lo alto; sino que son innatos. A todos los que, como Nicodemo, rechazan el Bautismo porque ya se creen poseedores del Espíritu Santo, Jesús les dice que lo que es nacido de la carne, carne es. El Espíritu Santo es nuestro solamente por el Bautismo y la Palabra.
La palabra carne aquí, según Lutero, es el nacimiento físico del ser humano. Este nacimiento físico no puede producir una vida espiritual. Muchos se glorían de su ascendencia física, especialmente si son hijos de un rey, un artista o una persona famosa y rica. Se glorían de su nacimiento físico, también, cuando han nacido con un cuerpo sano y fuerte, con un rostro bonito o con inteligencia sobresaliente. Pero, comenta Lutero, todo eso es carne y nadie heredará el reino de Dios en base a la carne o al nacimiento físico. Los fariseos y escribas se enorgullecían de su circuncisión, de su descendencia física de Abraham y de las ceremonias de la ley de Moisés.
Pero todas estas cosas también son carne. Otros se glorían de sus estudios, diplomas, certificados, maestrías y doctorados. Pero nada de eso sirve para damos entrada al reino de Dios. Todo eso es carne y "toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre" (1 Pedro 1.24). Nuestra carne y nuestro nacimiento físico no pueden ayudamos a entrar en el reino de Dios. Todo esto termina con la muerte. Para nacer de entre los muertos no sirve la carne. Lo que se necesita es un nacimiento nuevo.
Es sumamente difícil desarraigar la creencia de que hay algo como el Espíritu Santo, o una inclinación hacia el reino de los cielos y de amor hacia la humanidad, en toda persona. Muchos teólogos modernos le dan poca importancia a la caída, y siguen hablando de algo dentro de nosotros que necesita ser despertado. Dicen que el ser humano puede descubrir la presencia del espíritu, del reino y del amor dentro de sí, mediante un proceso que llaman concientización. Pero las palabras de Jesús a Nicodemo excluyen tal concepto. El Espíritu Santo no es algo que descubrimos dentro de nosotros por medio del proceso de la concientización; el Espíritu Santo viene a nosotros por la Palabra y los sacramentos. Juan 3 no devalúa los sacramentos, como lo hacen muchos teólogos de la liberación, sino que proclama que por medio del Bautismo uno entra en el reino de Dios. Este capítulo no hace distinción alguna entre el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu Santo como lo hacen muchos pentecostales modernos. Para Juan el bautismo en agua es el bautismo en el Espíritu Santo y viceversa. Un bautismo en agua conduce a una vida llena y determinada por el Espíritu Santo (Schnelle 1992.186).
El nacimiento espiritual, dice Lutero, es la consecuencia de la palabra de Dios, el Bautismo y la fe. Cada ser humano tiene que escoger entre el nacimiento físico y el nacimiento espiritual. Si escogemos el nacimiento físico pasaremos nuestras vidas en glotonería, parrandas y la satisfacción de todos los placeres sensuales, nada más. Después de esta vida no habrá más nada. No podemos llevar con nosotros nada de esta vida, ni poder, ni riquezas, ni oro o plata (Pelikan 1957.290).

3.7-8: No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla de dónde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Tanto en el griego como en el hebreo la misma palabra que se usa para viento significa espíritu. De esta manera el viento sirve como una metáfora o símbolo del espíritu. Así como el ser humano no puede controlar el viento o meterlo en su puño o bolsillo, así tampoco puede controlar el Espíritu de Dios. Jesús afirma la soberanía del Espíritu para que Nicodemo entienda que la salvación y la regeneración no son una obra humana, sino que provienen de Dios. El Espíritu Santo y la salvación no son realidades que descubrimos dentro de nosotros mismos por medio de un proceso de meditación transcendental o de auto-realización. El Espíritu Santo y el nuevo nacimiento vienen extra nos, de afuera de nosotros. Lo único que podemos hacer es acudir a los medios que ha designado Dios como instrumentos de su gracia: la Palabra y los santos sacramentos.

3.9-10: Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? El primer versículo de este episodio describió al escriba Nicodemo como "un principal entre los judíos." El cuarto evangelio regularmente llama judíos a los que no comprenden el mensaje de Jesús o que activamente se oponen a él. Es decir, en el cuarto evangelio la palabra judío no es un término étnico que designa un cierto pueblo o nación, es más bien un término teológico usado para designar a los que sólo de nombre, pero no en verdad, son miembros del pueblo de Dios. La palabra Israel o israelita, en cambio, se usa para designar a los que realmente forman parte del redil de Dios.
Recordemos que Natanael es llamado "un israelita, en quien no hay engaño" (Juan 1.47). En este episodio podemos notar la distinción entre los dos términos, judío e israelita. Nicodemo puede ser un maestro o un principal entre los judíos, pero por su incomprensión a las palabras de Jesús, todavía no puede ser caracterizado como un maestro de Israel (Duke 1985.45-46).
Nicodemo es mencionado sólo cinco veces en el cuarto evangelio, en tres
escenas que ocupan diecisiete versículos; sin embargo, el evangelista nos dice mucho acerca de él en poco espacio. Se trata de una figura importante, un personaje histórico que tuvo trato con Jesús. Por otra parte, hubo muchos otros judíos en Jerusalén parecidos a Nicodemo. Muchos otros quedaron impresionados con las señales de Jesús, pero no aceptaron plenamente el significado. Muchos otros, al igual que Nicodemo, no comprendieron muchas de las palabras de Jesús, y temieron confesarlo públicamente por temor a las autoridades religiosas de la sinagoga (Culpepperl983.134-136).

3.11-12: De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Estos versículos marcan un interesante cambio en la conversación con Nicodemo. Hasta el versículo 11 inclusive, Jesús se está comunicando con Nicodemo de primera persona singular a tercera persona singular. Pero en el versículo 12 comienza a hablar en primera persona plural (testificamos) a segunda persona plural (os). ¿Quiénes son los que están testificando? Una teoría es que en el versículo 12 tenemos al Cristo resucitado hablando por medio del evangelista y su comunidad, no solamente a Nicodemo, sino a todos los judíos del mundo. El nosotros, entonces, se referiría a Cristo, al evangelista y a todos los miembros de la comunidad del evangelista.

3.13: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre que está en el cielo.
Nicodemo, un conocido teólogo judío, había venido de noche a Jesús para preguntarle acerca de las realidades del reino de Dios. Jesús le mostró que era un ignorante en cuanto a las cosas que quería discutir, a pesar de su preparación teológica. Con frecuencia escuchamos a filósofos y teólogos hablar acerca de cómo son o no son las realidades celestiales. En la mayoría de los casos, tales eruditos basan sus conclusiones en sus reflexiones, cálculos y razonamientos.
Pero ningún filósofo ha subido al cielo para verificar sus conclusiones. Jesús le dice a Nicodemo que el único que puede hablar con autoridad sobre las realidades celestiales es aquel que ha bajado del cielo. No es en base a sistemas filosóficos que podemos llegar a conocer las realidades celestiales, sino solamente en base a la revelación del Hijo del Hombre que ha estado al lado del Padre desde la eternidad.
El fundamento del estudio de la teología es escuchar a aquel que "descendió del cielo; el Hijo del Hombre que está en el cielo" (Newbigin 1982.41). Si queremos conocer las realidades del reino de Dios, basta con las palabras de Jesús. No hace falta explorar las ideas del hinduismo, budismo, platonismo, etc., pues en tales tradiciones sólo encontraremos opiniones humanas falibles, y de individuos que nunca han visitado las regiones celestiales para comprobar la verdad de lo que hablan. Los grandes pensadores pueden esclarecer realidades terrenales, pero en cuanto a las realidades del reino de Dios, son como Nicodemo, de quien Jesús dijo: "¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?" Habiendo dicho lo anterior, es cierto que hablamos del conocimiento natural de Dios, que nunca salva, pero puede ser útil. Por lo tanto, hay atisbos de verdad teológica en Platón, Cicerón, Buda, aunque también muchos errores.
Para el erudito británico Michael Goulder, las palabras de Juan 3.13 son altamente polémicas y se dirigen contra ciertos judíos que aseveraban haber subido en visión al cielo. Allí recibieron enseñanzas e instrucciones específicas en cuanto a la interpretación de la ley, especialmente en materia de ayunos, comidas prohibidas, prácticas ascéticas, la veneración de ángeles y la interpretación de diferentes emanaciones divinas. En Colosenses 2.20-23 Pablo agmpó todos estos temas bajo el mbro de rudimentos del mundo (Goulder 1994.69). Goulder cree que esos maestros judaizantes apelaron a la autoridad de sus supuestas visiones celestiales para introducir elementos de la ley judaica en las comunidades cristianas fundadas por misioneros como San Pablo y San Juan. Pero las palabras de Jesús en Juan 3.13 eliminan la autoridad de los judaizantes para imponer su interpretación de la ley en las comunidades cristianas, porque el único que ha .estado en presencia de la gloria divina enel cielo fue Jesús.
Ya antes discutimos el valor de Juan 3.13 para combatir la serie de misticismos que abundaban entre los judíos de las ciudades de Asia Menor, a los cuales San Juan dirigió sus escritos. Este versículo también aclara el concepto bíblico de la divinidad de Cristo ante diversas creencias sobre la divinidad que existían en el mundo greco-romano.
Los griegos y los romanos creían en diferentes clases de seres divinos. Los e mayor jerarquía como Júpiter, Apolo y Mercurio, siempre habían sido dioses. Según los filósofos griegos, estos dioses nunca fueron engendrados, y eran indestructibles.
En otro grupo estaban los inmortales y semidioses como Dionisio, Osiris, Rómulo, Augusto César y Hércules. Éstos originalmente fueron mortales, pero al final de sus vidas fueron endiosados por haber sido benefactores de la humanidad, sabios y héroes. Según las leyendas, Osiris había sido un rey de Egipto, pero como aportó tanto a la humanidad, recibió el don de la inmortalidad y el derecho a recibir los sacrificios y la misma adoración que se da a los dioses eternos. En muchos casos se explicaba la vida heroica de los que llegaron a ser inmortales en base a un nacimiento sobrenatural. Según una leyenda griega, la madre de Dionisio, el inventor del vino, fue Semele, hija del fundador de Tebas, pero su padre fue Zeus. Los romanos relataban que Rómulo, el fundador de Roma, nació de un enlace sexual entre el dios Marte y la virgen Ilia o Rhea Silvia. Asclepio, quien mereció la inmortalidad por ser el inventor de la medicina, nació como fruto de los amores entre el dios Apolo y na mujer mortal, Kronis. Los relatos de las vidas de estos inmortales casi siempre terminan con una descripción de su ascensión al cielo (Talbert 1977.25-43). Los semidioses eran seres nacidos de un padre divino y una madre humana o de un padre humano y de una madre divina. No todos los inmortales eran semidioses. Así, los inmortales, al final de sus vidas, eran transformados y ascendían al cielo para integrarse al panteón de los dioses. No hay que confundir a los inmortales con otra categoría de seres conocidos como hombres divinos. Los hombres divinos eran seres humanos destacados, en los cuales se divisaban carismas o poderes divinos. A diferencia de los inmortales, los hombres divinos no llegaban a ser dioses al final de sus vidas. El filósofo Pitágoras, por ejemplo, fue considerado un hombre divino, pero no inmortal.
En vista de la amplia diseminación de creencias sobre inmortales y hombres divinos, no es de sorprender que se haya pensado que Jesús era simplemente otro hombre divino o inmortal más. Pero Juan 3.13 subraya enfáticamente que un ser humano no puede llegar a ser un inmortal en base a sus hechos heroicos, sus inventos o sus enseñanzas filosóficas. La ascensión de Jesús no es la divinización de un hombre extraordinario; no es la transformación de un ser humano en un ser inmortal, sino el retomo del Hijo al Padre. Jesús no se convierte en dios en virtud de su ascensión; más bien, su ascensión pone de manifiesto que siempre ha sido divino.
Jesús es mucho más que un hombre divino o un inmortal, es desde la eternidad el Hijo eterno del Padre. Según Charles Talbert, todos los evangelistas querían corregir la impresión que algunos tenían de Jesús, de que Jesús era un inmortal semejante a los inmortales reverenciados por los griegos y los romanos. Los que pensaban así decían que los milagros y sabios discursos de Jesús habían ocasionado su subida a los cielos como un inmortal. Tales personas le rendían culto, ante todo, para conseguir curaciones milagrosas o una sabiduría secreta (gnosis) con la cual ejercer poderes místicos.
Para combatir este concepto equivocado en cuanto a la persona de Cristo, los evangelistas como Juan combinaron la historia de los milagros y enseñanzas de Jesús con la narración de la pasión y la muerte del Señor (Talbert 1977.118-124; 135).
Vistos a la luz de su pasión y muerte, los milagros y las enseñanzas de Jesús no se malentendían. Jesús vino al mundo, ante todo, para ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Enseñó e hizo milagros sólo para apoyar su misión redentora, no como fines en si mismos. Estas cosas "se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (Juan 20.31). El evangelio de Jesús no nos ofrece una sabiduría esotérica con la cual podríamos dominar a otros con nuestros poderes gnósticos. Tampoco nos enseña cómo ejercer los poderes secretos del universo, por medio de los cuales podríamos convertimos en hacedores de milagros y, eventualmente, en inmortales.
El evangelio de Jesucristo nos llama a seguir al Jesús que se identificó con los más despreciados de los seres humanos. Nos llama, no a la exaltación, sino a la humillación. Nos llama a lavar los pies de otros, a servir y a sacrificamos por los hermanos y por la humanidad perdida.
Jesús es, además, mucho más que un ángel o un arcángel. Entre los judíos helenistas del primer siglo había mucho interés por una tercera categoría de seres excelsos, los ángeles. En la literatura apócrifa y seudoepígrafa hay un sinfín de relatos acerca de ángeles y arcángeles que bajaron a la tierra para traer sabiduría, revelaciones divinas y salvación a los seres humanos, y después volvieron al cielo.
Las obras de los padres apostólicos nos dan a entender que entre los judíos de la diáspora existían grupos que creían que Jesús era uno de esos ángeles. Tenían una cristología angelical. Recordando los ángeles en la visión de Jacob que "subían y descendían" por una escalera divina, algunos creyeron que Jesús era uno de ellos. El tercer capítulo de Juan sí afirma que Jesús ha descendido del cielo y que subirá nuevamente al Padre, pero esto no quiere decir que Jesús es sólo un ángel. Entre otras cosas el tercer capítulo de San Juan fue escrito para poner en claro que Jesús
es mucho más que un hombre divino o un inmortal; Jesús también es mucho más que un ángel o un arcángel. Jesús es el hijo unigénito de Dios, la luz del mundo y el dador de vida eterna.
Todavía hay sectas en el mundo que creen que Jesucristo es un ángel. Los
Testigos de Jehová, por ejemplo, afirman que Jesucristo ni es Dios, ni hombre, sino el espíritu que en el A.T. se conocía como el arcángel Miguel. Según el A.T., cada una de las setenta naciones de los gentiles tenía su ángel protector. Tradicionalmente se le atribuía al arcángel Miguel el papel de guardián y protector de Israel. Fue Miguel quien disputó con el diablo por el cuerpo de Moisés en Judas, versículo 9, y fue Miguel quien luchó con sus ángeles para expulsar a Satanás del cielo en Apocalipsis 12.7. Textos como éstos han llevado a algunos intérpretes de la Biblia, incluyendo a Martín Lutero, a identificar al arcángel Miguel con el Ángel del Señor, MaVak Yahvé (ri1!~P "[Í^D en hebreo), que encontramos en textos como Éxodo 3.2, Jueces 6.12 y 13.17. En Éxodo 3.2 leemos que "se le apareció (a Moisés) el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza... y lo llamó Dios de en medio de la zarza y dijo: ¡Moisés, Moisés!" Aquí se identifica al Ángel del Señor con Jehová Dios. Lo mismo ocurre en el relato del nacimiento de Sansón en Jueces 13. El ángel de Jehová, el MaVak Yahvé, se le aparece a los futuros padres de Sansón para anunciarles que ellos serían los padres del próximo libertador de Israel. Cuando el Mal-'ak Yahvé subió al cielo en la llama de fuego sobre el altar, Manoa, el padre de Sansón exclama: "Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto" (Jueces 13.22). Nuevamente se identifica al MaVak Yahvé con el mismo Dios Jehová. Tex- tos como éstos llevaron a Martín Lutero a creer que el MaVak Yahvé era la Segunda persona de la Santa Trinidad que había tomado la forma de un ángel para dar un anuncio de salvación a Moisés y a los padres de Sansón. Lutero creía que durante los días del A.T., la segunda persona de la Santa Trinidad tomaba la forma de un ángel y era conocida como el Ángel del Señor, el MaVak Yahvé, o como el arcángel Miguel. Estas opiniones de Martín Lutero distan mucho de las creencias de los Testigos de Jehová. Ellos afirman que Jesús no es ni Dios ni ser humano, sino ángel. Lutero afirmó que Jesús era verdadero Dios y verdadero hombre, que en los días del Anti- guo Testamento a veces tomaba la forma de un ángel. Estas opiniones de Lutero también concuerdan con las palabras de Jesús en Juan 3.13 donde dice que "nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre, que está en el cielo." Si solamente Jesús desciende y sube, ¿porqué dicen las Escrituras que el MaVak Yahvé ha descendido del cielo y ha subido al cielo? Porque Jesús se identifica con el MaVak Yahvé. Pero Jesús es mucho más que el MaVak Yahvé, es el eterno Lagos por quien todas las cosas fueron hechas, y a la vez es aquel hombre verdadero que se humilló y lavó los pies de sus discípulos; es aquel que derramó lágrimas verdaderas frente a la tumba de Lázaro y que derramó sangre verdadera en el madero en que me crucificado. Es aquel Dios-hombre que nos da su carne para comer y su sangre para beber en la Santa Cena. Cualquier evangelio que presente a Jesús como solamente un ángel, querubín, serafín o arcángel es un evangelio falso.
Puesto que había grupos en Efeso, Colosas y en otras ciudades de Asia Menor que rendían culto a los ángeles, los escritos de San Juan se cuidan de darle mucho realce a los ángeles. El relato de la resurrección en Juan capítulo 20, por ejemplo, omite toda referencia a ángeles, a diferencia de otros evangelios. En Apocalipsis 22.8 San Juan se postró a los pies del ángel que le mostraba las visiones apocalípticas, para adorarlo. Pero al ver lo que Juan quería hacer, el ángel le dijo: "Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios" Apocalipsis 22.9.
Recordemos que San Pablo también había trabajado en las mismas ciudades de Asia Menor donde San Juan tuvo problemas con grupos que rendían culto a los ángeles. Por eso, en Colosenses 2.18 el apóstol Pablo afirma: "Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente camal." La adoración de ángeles es un problema que persistió por muchos siglos en Efeso y otras ciudades de Asia Menor. Uno de los cánones del Primer Concilio de Efeso prohibió expresamente la adoración de ángeles.

3.14-15: Y Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Cuando los israelitas estaban peregrinando en el desierto se pusieron a murmurar contra Dios por la falta de agua y pan y por las dificultades del viaje. Como castigo el Señor envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo, y muchos murieron.
Lutero creyó que las serpientes eran áspides, pequeños ofidios cuya ponzoña mortífera es similar a la de las cobras. Fue el veneno de un áspid que quitó la vida a la famosa reina Cleopatra de Egipto. En realidad, no sabemos qué clase de serpiente atacó a los israelitas en el desierto. La palabra para serpientes ardientes en hebreo es ¡ero/que viene de la misma raíz que la palabra serafín. Los serafines eran criaturas celestiales que se parecían a serpientes. Los serafines fueron los mensajeros divinos que castigaron a Adán y Eva y los sacaron del huerto de Edén por comer de la fruta prohibida. Las serpientes ardientes fueron los mensajeros divinos que castigaron a los hijos de Israel por sus murmuraciones y su rebelión.
Las serpientes eran llamadas ardientes porque su veneno ardía en las heridas de sus víctimas y les causaba gran dolor, aflicción, y finalmente la muerte. Lutero comentó que hay un dolor que nosotros, los seres humanos, experimentamos cuando caemos en rebelión y comenzamos a murmurar contra Dios. Es el dolor producido por los remordimientos de conciencia, y que puede ser más agudo que cualquiera enfermedad física. Fue ese dolor que llevó a Judas Iscariote a quitarse la vida. Hay sólo un remedio para el dolor producido por los remordimientos de conciencia y esse remedio es mirar con arrepentimiento y fe al Hijo levantado en la cruz. Uno de los enlaces más interesantes entre Juan 3.5-15 y la historia de la serpiente de bronce en Números 21.4-9 estriba en la necesidad de mirar y creer. En Números 21 las personas mordidas por las serpientes se salvaron cuando fijaron su mirada en la serpiente que Moisés había levantado en el asta. "Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponía sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá" (Números 21.8). No era el simple hecho de mirar a la serpiente lo que les daba la salud, sino el hecho de mirar a la serpiente con fe en la promesa de perdón que Dios le había comunicado a Moisés. Uno de los grandes temas del cuarto evangelio es la importancia de mirar al Hijo con fe. Juan 19.37 declara: "Mirarán al que traspasaron." En Juan 6.40 Jesús proclama: "Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna." Poncio Pilato, sin darse cuenta que Dios lo estaba usando para llamar a los judíos a mirar y creer en Jesús, dice: "¡He aquí el hombre!" (Juan 19.6). En Juan 12.32 Jesús profetiza: "Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo." En Juan 3.14-15 el evangelista está instando a sus lectores a mirar al Cristo crucificado y glorificado y a creer en él como el único sacrificio capaz de sanar a la humanidad del poder del pecado y de la muerte (Glasson 1963.34).
Según Lutero, Moisés llamó a los israelitas al arrepentimiento y a la fe mediante una serpiente de bronce porque quería enseñarles que la salvación y el perdón de pecado nos viene de lo que Dios hace y no de lo que nosotros mismos hacemos. Del mismo modo, quedamos libres del poder del pecado y de la muerte no en virtud de nuestros votos, sacrificios, ayunos, peregrinaciones, indulgencias y mortificaciones de la carne sino en virtud de lo que Dios hizo al levantar a Jesús en la cruz y en la ascensión. Este levantamiento me como el de la serpiente de bronce, pues clavaron a Jesús en un madero, donde pendió como una vil serpiente o gusano. En Salmo 22.6 el
Hijo lamenta y dice: "Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo." Lutero comenta que Jesús fue levantado en el árbol como una serpiente despreciada, es decir, como el más vil de los pecadores, porque estaba sufriendo en nuestro lugar el oprobio, el desprecio y la burla que nosotros merecíamos por nuestra rebelión contra Dios. "De tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres... despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto... ciertamente llevó él nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado de Dios y  abatido" (Isaías 52.14; 53.3-4).
Pero después de ser levantado en un madero, Jesús también fue levantado en la resurrección, y ahora está sentado a la diestra de Dios para ser nuestro rey. Subió al cielo para derramar su Espíritu sobre nosotros y damos vida. Los que miraron a la serpiente de bronce no murieron, sino que vivieron. El Hijo del Hombre, que fue levantado en la cruz y en la ascensión, ahora nos llama a todos y dice: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más" (Isaías 45.22). Un sermón sobre la serpiente de bronce podría tratar los tres levantamientos necesarios para la salvación: 1- El levantamiento de Jesús en la cruz; 2- Ellevantamiento de Jesús en su resurrección y ascensión; 3- el levantamiento de nuestros corazones hacia Jesús en fe. En el tantrismo recalentado, que enseña el así llamado Movimiento Cristiano Gnóstico, tan popular en algunos países de América latina, el alumbramiento espiritual y los poderes cósmicos se obtienen cuando, por medio de la magia sexual, la serpiente Kundalini se despierta y comienza su subida dentro del cuerpo del místico. Jesucristo, en cambio, declara que uno nace de arriba alzando su corazón en fe al Hijo del Hombre, quien fue alzado en la cruz al igual que la serpiente de bronce. No hay escalera que conduzca al mundo celestial mediante una práctica oculta, pero mediante la fe en el Hijo del Hombre, que fue sacrificado por nosotros en la cruz, llegamos al cielo. La verdadera ascensión al cielo no se da en la visión extática del místico, ni en la magia tantrística del Kundalini, sino en la resurrección de los muertos que experimentamos al creer en Jesucristo.
Nota litúrgica: En el leccionario tradicional de un año, Juan 3.1-15 es el santo evangelio para la fiesta de la Santísima Trinidad. Es también el santo evangelio para el segundo domingo después de Pentecostés en el leccionario de cuatro años del grupo interconfesional de Gran Bretaña para el año D, año de San Juan.

3.16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a  u Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
En este texto Jesús expresa claramente la razón de su encamación y pasión: para dar la vida eterna, no solamente a los hijos de Abraham según la carne, sino a todo el mundo. Los gentiles también están incluidos en el plan de salvación de Dios. Nadie se pierde por no estar incluido en el plan de salvación Dios. Los que se pier- den se pierden, no porque Jesús no vino para dar su vida por ellos. Se pierden porque no creyeron en el "nombre del unigénito Hijo de Dios" (Juan 3.18). Estas palabras de vida muestran claramente que toda doctrina de una doble predestinación no concuerda con lo que el mismo Jesús dice acerca de su misión.
Muchos intérpretes de las Escrituras vislumbran detrás de las palabras de Juan 3.16 una alusión al capítulo 22 de Génesis donde leemos de la Agedah. El término Agedah lo utilizan algunos autores rabínicos para designar la "atadura" de Isaac, relatada en Génesis 22, cuando fue atado al altar por su padre Abraham para ser sacrificado como un holocausto. Por medio de la Agedah Dios probó el amor de Abraham. Al estar dispuesto a sacrificar a su hijo unigénito, Abraham demostró que su amor hacia Dios era verdadero. Aunque no sacrificó a su hijo, estuvo dispuesto a hacerlo. Isaac también fue obediente; no ofreció resistencia. Estaba dispuesto a perder su vida y así cumplir con la voluntad de Dios. Abraham casi entregó a su único hijo, pero Dios Padre dio un paso más al entregar a su hijo unigénito para ser sacrificado sobre el altar de la cruz. Así, Dios Padre demostró su amor hacia nosotros. Y Jesús, al igual que Isaac, al no ofrecer resistencia, al aceptar la voluntad del Padre, reveló cuánto nos ama.
Algunos dicen: "Yo sé que Dios me ama porque me ha dado salud, casa, hogar, riqueza, una fiel esposa e hijos preciosos." Pero una fe en el amor de Dios basada en las posesiones materiales que hemos recibido no es muy segura. Satanás podría quitamos todas nuestras bendiciones materiales, como lo hizo en el caso de Job, y tal fe se desplomaría. En cambio, si buscamos el amor de Dios sólo en aquel que fue crucificado por nosotros, nunca seremos defraudados. En 1 Juan 4.7-10, un texto muy parecido a Juan 3.16-21 tanto en forma como en teología, Juan afirma que "Dios es amor." Declarar que Dios es amor no es un principio filosófico que se puede deducir en base a argumentos lógicos o experimentos científicos. Se puede afirmar que "Dios es amor" solamente cuando nos fijamos en lo que pasó en la cruz de Jesucristo. En Juan 3.16 los dos verbos griegos amó (fiyaTcrioev) y dio (eocoKev) son aoristos e indican una acción concreta en el pasado. Esta acción concreta, o hecho histórico, sólo puede ser la expiación en  a cruz o, tal vez, la encamación. El primer vocablo del versículo, la palabra demostrativa oíjtms, que significa "en esta manera", cuadra con esta interpretación. Una manera mejor de traducir el versículo sería: "Porque ésta es la manera en que Dios mostró su amor para la humanidad, él dio a su Hijo" (Morrice 1992.88).
En el evangelio de Juan se dan a la palabra kosmos, que significa mundo (kóouo(; en griego), una variedad de connotaciones. A veces tiene una connotación negativa como en Juan 1.10; 7.7; 15.18-19 y 17.14. En estos versículos la alabra mundo se refiere, según la opinión más común, a los que se oponen a Jesús y resisten la voluntad de Dios. Walter Wink, en su trilogía de obras sobre los poderes y la guerra espiritual, propone traducir la palabra kosmos en estos casos con el término: sistema. Wink usa la palabra sistema para designar el sistema de dominación y violencia que impera en casi todas las sociedades humanas, cuando una pequeña minoría monopoliza casi todo el poder, la autoridad y la riqueza, a expensas de la mayoría. Esta minoría utiliza la ley, el gobierno, la religión y el mito
de la guerra justa como instrumentos para mantener y extender su dominación  obre otros. La televisión utiliza el sistema para lavar los cerebros de los niños y sembrar en ellos la idea de que todo puede solucionarse con la violencia. El sistema también degrada y margina a los negros y a las mujeres, al cultivar el racismo y el machismo. Según Wink, Jesús vino para liberar a los seres humanos del sistema o kosmos, y para trasladarlos al reino del Padre, donde los problemas se arreglan por medio del servicio, el perdón y el amor. Por eso el sistema ha declarado la guerra a Jesús y a sus discípulos (Wink 1992.51).
En otros pasajes del cuarto evangelio la connotación de kosmos es neutral. Se refiere al espacio donde Jesús lleva a cabo sus actividades, como en 1.10; 9.5;
14.19; 16.28 y 17.5. Finalmente, en otros versículos el kosmos es el producto de la obra creadora del Logos. No es un lugar maldito o inferior, sino el objeto del amor divino. En Juan 4.42 Jesús es llamado el salvador del mundo. En Juan 6 Jesús es el pan de la vida que ha venido para dar vida al kosmos. En Juan 17.21-23 se promete al kosmos la capacidad de conocer y creer en la misión de Jesús. En Juan 3.16 se declara llanamente que fue tan grande el amor de Dios para con el kosmos que dio a su único hijo para que el mundo pudiera tener vida eterna. Los gnósticos y los docetistas nunca hubieran hablado de esa manera del mundo. Concebían el mundo solamente en términos negativos, como un lugar maldito, inmundo y despreciado (Schnelle 1992.191).

3.17-18: Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no escondenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
El cuarto evangelio no dice aquí que Dios ama una parte del mundo; ama todo el mundo. El hijo de Dios no fue enviado para salvar a una pequeña élite predestinada para salvación; no pasó por alto a la gran masa de la humanidad, condenándola a llorar y a crujir los dientes. Cuando Juan afirma que el Logos fue enviado para que el mundo sea salvo por él, tiene en mente a cada ser humano que forma parte de la creación. He aquí otra verdad que los gnósticos y docetistas de los primeros siglos nunca aceptaron, pues creían que solamente un pequeño grupo de iluminados había sido pre-escogido para tener la vida eterna. El evangelista, en cambio, afirma categóricamente que los que se pier-den se condenan, no por haber sido predestinados a condenación, sino porque no quieren creer en el nombre de Jesús. Esto equivale a no querer ser bautizados, puesto que la confesión del nombre del unigénito Hijo de Dios es parte integral del sacramento de iniciación a la fe cristiana, el santo Bautismo. Recordemos que muchos fariseos rechazaban el Bautismo porque creían que no estaban tan contaminados como para necesitar la purificación en las aguas bautismales.
Nota litúrgica: En el leccionario de tres años que se encuentra en el himnario¡Cantad al Señor\, Juan 3.1-17 es el santo evangelio para la fiesta de la Santa Trinidad para el año B, año de San Marcos.

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1 CO 1.18-25 1 CO 12.2 1 CO 15.20-28 1 CO 15.50-58 1 CO 2.1-5 1 CO 6.12-20 1 CO2.6-13 1 CORÍNTIOS 1 CR 28.20 1 JO 1 JO 1.1-10 1 JO 4.7-10 1 PE 1.13-21 1 PE 1.17-25 1 PE 1.3-9 1 PE 2.1-10 1 PE 2.18-25 1 PE 2.19-25 1 PE 2.4-10 1 PE 3.13-22 1 PE 3.15-22 1 PE 3.18-20 1 PE 4.12-17 1 PE 5.6-11 1 PEDRO 1 RS 19.4-8 1 RS 8.22-23 1 SM 1 1 SM 2 1 SM 28.1-25 1 SM 3 1 SM 3.1-10 1 TIMÓTEO 1 TM 1.12-17 1 Tm 2.1-15 1 TM 3.1-7 1 TS 1.5B-10 10 PENTECOSTES 13-25 13° APÓS PENTECOSTES 14° DOMINGO APÓS PENTECOSTES 15 ANOS 16-18 17 17º 17º PENTECOSTES 1CO 11.23 1CO 16 1º ARTIGO 1º MANDAMENTO 1PE 1PE 3 1RS 17.17-24 1RS 19.9B-21 2 CO 12.7-10 2 CO 5.1-10 2 CO 5.14-20 2 CORINTIOS 2 PE 1.16-21 2 PE 3.8-14 2 PENTECOSTES 2 TM 1.1-14 2 TM 1.3-14 2 TM 2.8-13 2 TM 3.1-5 2 TM 3.14-4.5 2 TM 4.6-8 2 TS 3.6-13 2° EPIFANIA 2° QUARESMA 20º PENTECOSTES 24º DOMINGO APÓS PENTECOSTES 25º DOMINGO PENTECOSTES 27-30 2CO 8 2º ADVENTO 2º ARTIGO 2º DOMINGO DE PÁSCOA 2TM 1 2TM 3 3 3 PENTECOSTES 3º ARTIGO 3º DOMINGO APÓS PENTECOSTES 3º DOMINGO DE PÁSCOA 3º DOMINGO NO ADVENTO 4 PENTECOSTES 41-43 4º DOMINGO APÓS PENTECOSTES 4º DOMINGO DE PENTECOSTES 4º FEIRA DE CINZAS 5 MINUTOS COM JESUS 5° APÓS EPIFANIA 500 ANOS 5MINUTOS 5º DOMINGO DE PENTECOSTES 5º EPIFANIA 5º PENTECOSTES 6º MANDAMENTO 7 ESTRELAS Abiel ABORTO ABSOLVIÇÃO ACAMPAMENTO AÇÃO DE GRAÇA ACIDENTE ACIR RAYMANN ACONSELHAMENTO ACONSELHAMENTO PASTORAL ACRÓSTICO ADALMIR WACHHOLz ADELAR BORTH ADELAR MUNIEWEG ADEMAR VORPAGEL ADMINISTRAÇÃO ADORAÇÃO ADULTÉRIO ADULTOS ADVENTISTA ADVENTO ADVERSIDADES AGENDA AIDS AILTON J. MULLER AIRTON SCHUNKE AJUDAR ALBERTO DE MATTOS ALCEU PENNING ALCOOLISMO ALEGRIA ALEMÃO ÁLISTER PIEPER ALTAR ALTO ALEGRE AM 8.4-14 AMASIADO AMBIÇÃO AMIGO AMIZADE AMOR André ANDRÉ DOS S. DREHER ANDRÉ L. KLEIN ANIVERSARIANTES ANIVERSÁRIO ANJOS ANO NOVO ANSELMO E. GRAFF ANTHONY HOEKEMA ANTIGO TESTAMENTO ANTINOMISTAS AP 1 AP 2 AP 22 AP 22.12-17 AP 3 APOCALIPSE APOLOGIA APONTAMENTOS APOSTILA ARNILDO MÜNCHOW ARNILDO SCHNEIDER ARNO ELICKER ARNO SCHNEUMANN ARREBATAMENTO ARREPENDIMENTO ARTHUR D. BENEVENUTI ARTIGO ASAS ASCENSÃO ASCLÉPIO ASSEMBLEIA ASTOMIRO ROMAIS AT AT 1 AT 1-10 AT 1.12-26 AT 10.34-43 AT 17.16-34 AT 2.1-21 AT 2.14a 36-47 AT 2.22-32 AT 2.36-41 AT 2.42-47 AT 4.32-37 AT 6.1-9 AT 7.51-60 ATANASIANO ATOS AUDIO AUGSBURGO AUGUSTO KIRCHHEIN AULA AUTO ESTIMA AUTO EXCLUSÃO AUTORIDADE SECULAR AVANÇANDO COM GRATIDÃO AVISOS AZUL E BRANCO BAIXO BATISMO BATISMO INFANTIL BELÉM BEM AVENTURADOS BENÇÃO BENJAMIM JANDT BIBLIA ILUSTRADA BÍBLIA SAGRADA BÍBLICO BINGOS BOAS NOVAS BOAS OBRAS BODAS BONIFÁCIO BOSCO BRASIL BRINCADEIRAS BRUNO A. K. SERVES BRUNO R. VOSS C.A. C.A. AUGSBURGO C.F.W. WALTHER CADASTRO CAIPIRA CALENDÁRIO CAMINHADA CAMPONESES CANÇÃO INFANTIL CANCIONEIRO CANTARES CANTICOS CÂNTICOS CANTICOS DOS CANTICOS CAPELÃO CARGAS CÁRIN FESTER CARLOS CHAPIEWSKI CARLOS W. WINTERLE CARRO CASA PASTORAL CASAL CASAMENTO CASTELO FORTE CATECISMO CATECISMO MENOR CATÓLICO CEIA PASCAL CÉLIO R. DE SOUZA CELSO WOTRICH CÉLULAS TRONCO CENSO CERIMONIAIS CÉU CHÁ CHAMADO CHARADAS CHARLES S. MULLER CHAVE BÍBLICA CHRISTIAN HOFFMANN CHURRASCO CHUVA CIDADANIA CIDADE CIFRA CIFRAS CINZAS CIRCUNCISÃO CL 1.13-20 CL 3.1-11 CLAIRTON DOS SANTOS CLARA CRISTINA J. MAFRA CLARIVIDÊNCIA CLAÚDIO BÜNDCHEN CLAUDIO R. SCHREIBER CLÉCIO L. SCHADECH CLEUDIMAR R. WULFF CLICK CLÍNICA DA ALMA CLOMÉRIO C. JUNIOR CLÓVIS J. PRUNZEL CODIGO DA VINCI COLÉGIO COLETA COLHEITA COLOSSENSES COMEMORAÇÃO COMENTÁRIO COMUNHÃO COMUNICAÇÃO CONCÓRDIA CONFIANÇA CONFIRMACAO CONFIRMAÇÃO CONFIRMANDO CONFISSÃO CONFISSÃO DE FÉ CONFISSÕES CONFLITOS CONGREGAÇÃO CONGRESSO CONHECIMENTO BÍBLICO CONSELHO CONSTRUÇÃO CONTATO CONTRALTO CONTRATO DE CASAMENTO CONVENÇÃO NACIONAL CONVERSÃO CONVITE CONVIVÊNCIA CORAL COREOGRAFIA CORÍNTIOS COROA CORPUS CHRISTI CPT CPTN CREDO CRESCENDO EM CRISTO CRIAÇÃO CRIANÇA CRIANÇAS CRIOULO CRISTÃ CRISTÃOS CRISTIANISMO CRISTIANO J. STEYER CRISTOLOGIA CRONICA CRONOLOGIA CRUCIFIXO CRUZ CRUZADAS CTRE CUIDADO CUJUBIM CULPA CULTO CULTO CRIOULO CULTO CRISTÃO CULTO DOMESTICO CULTO E MÚSICA CULTURA CURSO CURT ALBRECHT CURTAS DALTRO B. KOUTZMANN DALTRO G. TOMM DANIEL DANILO NEUENFELD DARI KNEVITZ DAVI E JÔNATAS DAVI KARNOPP DEBATE DEFICIÊNCIA FÍSICA DELMAR A. KOPSELL DEPARTAMENTO DEPRESSÃO DESENHO DESINSTALAÇÃO DEUS DEUS PAI DEVERES Devoção DEVOCIONÁRIO DIACONIA DIÁLOGO INTERLUTERANO DIARIO DE BORDO DICOTOMIA DIETER J. JAGNOW DILÚVIO DINÂMICAS DIRCEU STRELOW DIRETORIA DISCIPLINA DÍSCIPULOS DISTRITO DIVAGO DIVAGUA DIVÓRCIO DOGMÁTICA DOMINGO DE RAMOS DONS DOUTRINA DR Dr. RODOLFO H. BLANK DROGAS DT 26 DT 6.4-9 EBI EC 9 ECLESIASTES ECLESIÁSTICA ECUMENISMO EDER C. WEHRHOLDT Ederson EDGAR ZÜGE EDISON SELING EDMUND SCHLINK EDSON ELMAR MÜLLER EDSON R. TRESMANN EDUCAÇÃO EDUCAÇÃO CRISTÃ EF 1.16-23 EF 2.4-10 EF 4.1-6 EF 4.16-23 EF 4.29-32 EF 4.30-5.2 EF 5.22-33 EF 5.8-14 EF 6.10-20 ÉFESO ELBERTO MANSKE Eleandro ELEMAR ELIAS R. EIDAM ELIEU RADINS ELIEZE GUDE ELIMINATÓRIAS ELISEU TEICHMANN ELMER FLOR ELMER T. JAGNOW EMÉRITO EMERSON C. IENKE EMOÇÃO EN ENCARNAÇÃO ENCENAÇÃO ENCONTRO ENCONTRO DE CRIANÇA 2014 ENCONTRO DE CRIANÇAS 2015 ENCONTRO DE CRIANÇAS 2016 ENCONTRO PAROQUIAL DE FAMILIA ENCONTROCORAL ENFERMO ENGANO ENSAIO ENSINO ENTRADA TRIUNFAL ENVELHECER EPIFANIA ERA INCONCLUSA ERNI KREBS ERNÍ W. SEIBERT ERVINO M. SPITZER ESBOÇO ESCATOLOGIA ESCO ESCOLAS CRISTÃS ESCOLÁSTICA ESCOLINHA ESCOLINHA DOMINICAL ESDRAS ESMIRNA ESPADA DE DOIS GUMES ESPIRITISMO ESPÍRITO SANTO ESPIRITUALIDADE ESPÍSTOLA ESPORTE ESTAÇÃODAFÉ ESTAGIÁRIO ESTAGIÁRIOS ESTATUTOS ESTER ESTER 6-10 ESTRADA estudo ESTUDO BÍBLICO ESTUDO DIRIGIDO ESTUDO HOMILÉTICO ÉTICA EVANDRO BÜNCHEN EVANGELHO EVANGÉLICO EVANGELISMO EVERSON G. HAAS EVERSON GASS EVERVAL LUCAS EVOLUÇÃO ÊX EX 14 EX 17.1-17 EX 20.1-17 EX 24.3-11 EX 24.8-18 EXALTAREI EXAME EXCLUSÃO EXEGÉTICO EXORTAÇÃO EZ 37.1-14 EZEQUIEL BLUM Fabiano FÁBIO A. NEUMANN FÁBIO REINKE FALECIMENTO FALSIDADE FAMÍLIA FARISEU FELIPE AQUINO FELIPENSES FESTA FESTA DA COLHEITA FICHA FILADÉLFIA FILHO DO HOMEM FILHO PRÓDIGO FILHOS FILIPE FILOSOFIA FINADOS FLÁVIO L. HORLLE FLÁVIO SONNTAG FLOR DA SERRA FLORES Formatura FÓRMULA DE CONCÓRDIA Fotos FOTOS ALTO ALEGRE FOTOS CONGRESSO DE SERVAS 2010 FOTOS CONGRESSO DE SERVAS 2012 FOTOS ENCONTRO DE CRIANÇA 2012 FOTOS ENCONTRO DE CRIANÇAS 2013 FOTOS ENCONTRO ESPORTIVO 2012 FOTOS FLOR DA SERRA FOTOS P172 FOTOS P34 FOTOS PARECIS FOTOS PROGRAMA DE NATAL P34 FP 2.5-11 FP 3 FP 4.4-7 FP 4.4-9 FRANCIS HOFIMANN FRASES FREDERICK KEMPER FREUD FRUTOS DO ES GÁLATAS GALILEU GALILEI GATO PRETO GAÚCHA GELSON NERI BOURCKHARDT GENESIS GÊNESIS 32.22-30 GENTIO GEOMAR MARTINS GEORGE KRAUS GERHARD GRASEL GERSON D. BLOCH GERSON L. LINDEN GERSON ZSCHORNACK GILBERTO C. WEBER GILBERTO V. DA SILVA GINCANAS GL 1.1-10 GL 1.11-24 GL 2.15-21 GL 3.10-14 GL 3.23-4.1-7 GL 5.1 GL 5.22-23 GL 6.6-10 GLAYDSON SOUZA FREIRE GLEISSON R. SCHMIDT GN 01 GN 1-50 GN 1.1-2.3 GN 12.1-9 GN 15.1-6 GN 2.18-25 GN 21.1-20 GN 3.14-16 GN 32 GN 45-50 GN 50.15-21 GRAÇA DIVINA GRATIDÃO GREGÓRIO MAGNO GRUPO GUSTAF WINGREN GUSTAVO D. SCHROCK HB 11.1-3; 8-16 HB 12 HB 12.1-8 HB 2.1-13 HB 4.14-16 5.7-9 HC 1.1-3 HC 2.1-4 HÉLIO ALABARSE HERIVELTON REGIANI HERMENÊUTICA HINÁRIO HINO HISTÓRIA HISTÓRIA DA IGREJA ANTIGA E MEDIEVAL HISTÓRIA DO NATAL HISTORINHAS BÍBLICAS HL 10 HL 164 HOMILÉTICA HOMOSSEXUALISMO HORA LUTERANA HORST KUCHENBECKER HORST S MUSSKOPF HUMOR IDOSO IECLB IELB IGREJA IGREJA CRISTÃ IGREJAS ILUSTRAÇÃO IMAGEM IN MEMORIAN INAUGURAÇÃO ÍNDIO INFANTIL INFERNO INFORMATIVO INSTALAÇÃO INSTRUÇÃO INTRODUÇÃO A BÍBLIA INVESTIMENTO INVOCAÇÕES IRINEU DE LYON IRMÃO FALTOSO IROMAR SCHREIBER IS 12.2-6 IS 40.1-11 IS 42.14-21 IS 44.6-8 IS 5.1-7 IS 50.4-9 IS 52.13-53-12 IS 53.10-12 IS 58.5-9a IS 61.1-9 IS 61.10-11 IS 63.16 IS 64.1-8 ISACK KISTER BINOW ISAGOGE ISAÍAS ISAQUE IURD IVONELDE S. TEIXEIRA JACK CASCIONE JACSON J. OLLMANN JARBAS HOFFIMANN JEAN P. DE OLIVEIRA JECA JELB JELB DIVAGUA JEOVÁ JESUS JN JO JO 1 JO 10.1-21 JO 11.1-53 JO 14 JO 14.1-14 JO 14.15-21 JO 14.19 JO 15.5 JO 18.1-42 JO 2 JO 20.19-31 JO 20.8 JO 3.1-17 JO 4 JO 4.5-30 JO 5.19-47 JO 6 JO 6.1-15 JO 6.51-58 JO 7.37-39 JO 9.1-41 JOÃO JOÃO 20.19-31 JOÃO C. SCHMIDT JOÃO C. TOMM JOÃO N. FAZIONI JOEL RENATO SCHACHT JOÊNIO JOSÉ HUWER JOGOS DE AZAR JOGRAL JOHN WILCH JONAS JONAS N. GLIENKE JONAS VERGARA JOSE A. DALCERO JOSÉ ACÁCIO SANTANA JOSE CARLOS P. DOS SANTOS JOSÉ ERALDO SCHULZ JOSÉ H. DE A. MIRANDA JOSÉ I.F. DA SILVA JOSUÉ ROHLOFF JOVENS JR JR 28.5-9 JR 3 JR 31.1-6 JUAREZ BORCARTE JUDAS JUDAS ISCARIOTES JUDAS TADEU JUMENTINHO JUSTIFICAÇÃO JUVENTUDE KARL BARTH KEN SCHURB KRETZMANN LAERTE KOHLS LAODICÉIA LAR LC 12.32-40 LC 15.1-10 LC 15.11-32 LC 16.1-15 LC 17.1-10 LC 17.11-19 LC 19 LC 19.28-40 LC 2.1-14 LC 23.26-43 LC 24 LC 24.13-35 LC 3.1-14 LC 5 LC 6.32-36 LC 7 LC 7.1-10 LC 7.11-16 LC 7.11-17 LC 9.51-62 LEANDRO D. HÜBNER LEANDRO HUBNER LEI LEIGO LEIGOS LEITORES LEITURA LEITURAS LEMA LENSKI LEOCIR D. DALMANN LEONARDO RAASCH LEOPOLDO HEIMANN LEPROSOS LETRA LEUPOLD LIBERDADE CRISTÃ LIDER LIDERANÇA LILIAN LINDOLFO PIEPER LINK LITANIA LITURGIA LITURGIA DE ADVENTO LITURGIA DE ASCENSÃO LITURGIA DE CONFIRMAÇÃO LITURGIA EPIFANIA LITURGIA PPS LIVRO LLLB LÓIDE LOUVAI AO SENHOR LOUVOR LUCAS ALBRECHT LUCIFER LUCIMAR VELMER LUCINÉIA MANSKE LUGAR LUÍS CLAUDIO V. DA SILVA LUIS SCHELP LUISIVAN STRELOW LUIZ A. DOS SANTOS LUTERANISMO LUTERO LUTO MAÇONARIA MÃE MAMÃE MANDAMENTOS MANUAL MARCÃO MARCELO WITT MARCIO C. PATZER MARCIO LOOSE MARCIO SCHUMACKER MARCO A. CLEMENTE MARCOS J. FESTER MARCOS WEIDE MARIA J. RESENDE MÁRIO SONNTAG MÁRLON ANTUNES MARLUS SELING MARTIM BREHM MARTIN C. WARTH MARTIN H. FRANZMANN MARTINHO LUTERO MARTINHO SONTAG MÁRTIR MATERNIDADE MATEUS MATEUS KLEIN MATEUS L. LANGE MATRIMÔNIO MAURO S. HOFFMANN MC 1.1-8 MC 1.21-28 MC 1.4-11 MC 10.-16 MC 10.32-45 MC 11.1-11 MC 13.33-37 MC 4 MC 4.1-9 MC 6.14-29 MC 7.31-37 MC 9.2-9 MEDICAMENTOS MÉDICO MELODIA MEMBROS MEME MENSAGEIRO MENSAGEM MESSIAS MÍDIA MILAGRE MINISTÉRIO MINISTÉRIO FEMENINO MIQUÉIAS MIQUÉIAS ELLER MIRIAM SANTOS MIRIM MISSÃO MISTICISMO ML 3.14-18 ML 3.3 ML NEWS MODELO MÔNICA BÜRKE VAZ MORDOMIA MÓRMOM MORTE MOVIMENTOS MT 10.34-42 MT 11.25-30 MT 17.1-9 MT 18.21-45 MT 21.1-11 MT 28.1-10 MT 3 MT 4.1-11 MT 5 MT 5.1-12 MT 5.13-20 MT 5.20-37 MT 5.21-43 MT 5.27-32 MT 9.35-10.8 MULHER MULTIRÃO MUSESCORE MÚSICA MÚSICAS NAAÇÃO L. DA SILVA NAMORADO NAMORO NÃO ESQUECER NASCEU JESUS NATAL NATALINO PIEPER NATANAEL NAZARENO DEGEN NEEMIAS NEIDE F. HÜBNER NELSON LAUTERT NÉRISON VORPAGEL NILO FIGUR NIVALDO SCHNEIDER NM 21.4-9 NOITE FELIZ NOIVADO NORBERTO HEINE NOTÍCIAS NOVA ERA NOVO HORIZONTE NOVO TESTAMENTO O HOMEM OFERTA OFÍCIOS DAS CHAVES ONIPOTENCIA DIVINA ORAÇÃO ORAÇAODASEMANA ORATÓRIA ORDENAÇAO ORIENTAÇÕES ORLANDO N. OTT OSÉIAS EBERHARD OSMAR SCHNEIDER OTÁVIO SCHLENDER P172 P26 P30 P34 P36 P40 P42.1 P42.2 P70 P95 PADRINHOS PAI PAI NOSSO PAIS PAIXÃO DE CRISTO PALAVRA PALAVRA DE DEUS PALESTRA PAPAI NOEL PARA PARA BOLETIM PARÁBOLAS PARAMENTOS PARAPSICOLOGIA PARECIS PAROQUIAL PAROUSIA PARTICIPAÇÃO PARTITURA PARTITURAS PÁSCOA PASTOR PASTORAL PATERNIDADE PATMOS PAUL TORNIER PAULO PAULO F. BRUM PAULO FLOR PAULO M. NERBAS PAULO PIETZSCH PAZ Pe. ANTONIO VIEIRA PEÇA DE NATAL PECADO PEDAL PEDRA FUNDAMENTAL PEDRO PEM PENA DE MORTE PENEIRAS PENTECOSTAIS PENTECOSTES PERDÃO PÉRGAMO PIADA PIB PINTURA POEMA POESIA PÓS MODERNIDADE Pr BRUNO SERVES Pr. BRUNO AK SERVES PRÁTICA DA IGREJA PREEXISTÊNCIA PREGAÇÃO PRESÉPIO PRIMITIVA PROCURA PROFECIAS PROFESSORES PROFETA PROFISSÃO DE FÉ PROGRAMAÇÃO PROJETO PROMESSA PROVA PROVAÇÃO PROVÉRBIOS PRÓXIMO PSICOLOGIA PV 22.6 PV 23.22 PV 25 PV 31.28-30 PV 9.1-6 QUARESMA QUESTIONAMENTOS QUESTIONÁRIO QUESTIONÁRIO PLANILHA QUESTIONÁRIO TEXTO QUINTA-FEIRA SANTA QUIZ RÁDIO RADIOCPT RAFAEL E. ZIMMERMANN RAUL BLUM RAYMOND F. SURBURG RECEITA RECENSÃO RECEPÇÃO REDENÇÃO REENCARNAÇÃO REFLEXÃO REFORMA REGIMENTO REGINALDO VELOSO JACOB REI REINALDO LÜDKE RELACIONAMENTO RELIGIÃO RENATO L. REGAUER RESSURREIÇÃO RESTAURAR RETIRO RETÓRICA REUNIÃO RICARDO RIETH RIOS RITO DE CONFIRMAÇÃO RITUAIS LITURGICOS RM 12.1-18 RM 12.1-2 RM 12.12 RM 14.1-12 RM 3.19-28 RM 4 RM 4.1-8 RM 4.13-17 RM 5 RM 5.1-8 RM 5.12-21 RM 5.8 RM 6.1-11 RM 7.1-13 RM 7.14-25a RM 8.1-11 RM 8.14-17 ROBERTO SCHULTZ RODRIGO BENDER ROGÉRIO T. BEHLING ROMANOS ROMEU MULLER ROMEU WRASSE ROMUALDO H. WRASSE Rômulo ROMULO SANTOS SOUZA RONDÔNIA ROSEMARIE K. LANGE ROY STEMMAN RT 1.1-19a RUDI ZIMMER SABATISMO SABEDORIA SACERDÓCIO UNIVERSAL SACERDOTE SACOLINHAS SACRAMENTOS SADUCEUS SALMO SALMO 72 SALMO 80 SALMO 85 SALOMÃO SALVAÇÃO SAMARIA Samuel F SAMUEL VERDIN SANTA CEIA SANTIFICAÇÃO SANTÍSSIMA TRINDADE SÃO LUIS SARDES SATANÁS SAUDADE SAYMON GONÇALVES SEITAS SEMANA SANTA SEMINÁRIO SENHOR SEPULTAMENTO SERMÃO SERPENTE SERVAS SEXTA FEIRA SANTA SIDNEY SAIBEL SILVAIR LITZKOW SILVIO F. S. FILHO SIMBOLISMO SÍMBOLOS SINGULARES SISTEMÁTICA SL 101 SL 103.1-12 SL 107.1-9 SL 116.12-19 SL 118 SL 118.19-29 SL 119.153-160 SL 121 SL 128 SL 142 SL 145.1-14 SL 146 SL 15 SL 16 SL 19 SL 2.6-12 SL 22.1-24 SL 23 SL 30 SL 30.1-12 SL 34.1-8 SL 50 SL 80 SL 85 SL 90.9-12 SL 91 SL 95.1-9 SL11.1-9 SONHOS SOPRANO Sorriso STAATAS STILLE NACHT SUMO SACERDOTE SUPERTIÇÕES T6 TEATRO TEMA TEMPLO TEMPLO TEATRO E MERCADO TEMPO TENOR TENTAÇÃO TEOLOGIA TERCEIRA IDADE TESES TESSALÔNICA TESTE BÍBLICO TESTE DE EFICIÊNCIA TESTEMUNHAS DE JEOVÁ Texto Bíblico TG 1.12 TG 2.1-17 TG 3.1-12 TG 3.16-4.6 TIAGO TIATIRA TIMÓTEO TODAS POSTAGENS TRABALHO TRABALHO RURAL TRANSFERENCIA TRANSFIGURAÇÃO TRICOTOMIA TRIENAL TRINDADE TRÍPLICE TRISTEZA TRIUNFAL Truco Turma ÚLTIMO DOMINGO DA IGREJA UNIÃO UNIÃO ESTÁVEL UNIDADE UNIDOS PELO AMOR DE DEUS VALDIR L. JUNIOR VALFREDO REINHOLZ VANDER C. MENDOÇA VANDERLEI DISCHER VELA VELHICE VERSÍCULO VERSÍCULOS VIA DOLOROSA VICEDOM VÍCIO VIDA VIDA CRISTÃ VIDENTE VIDEO VIDEOS VÍDEOS VILS VILSON REGINA VILSON SCHOLZ VILSON WELMER VIRADA VISITA VOCAÇÃO VOLMIR FORSTER VOLNEI SCHWARTZHAUPT VOLTA DE CRISTO WALDEMAR REIMAN WALDUINO P.L. JUNIOR WALDYR HOFFMANN WALTER L. CALLISON WALTER O. STEYER WALTER T. R. JUNIOR WENDELL N. SERING WERNER ELERT WYLMAR KLIPPEL ZC ZC 11.10-14 ZC 9.9-12